29 junio 2022. No es fácil abandonar el guelta. En la foto de la apertura cuesta descubrir nuestro vehículo. La belleza del lugar borra cualquier traza de modernidad. Debemos salir lo antes posible para alcanzar el paso de Nega. Tenemos que procurar que el calor no haga la travesía aún más dura. Las antiguas pistas que aparecen en los mapas ya no se utilizan. Gracias a un taxista de carretera localizamos la nueva ruta que se aproxima al famoso paso de Nega.

Los pequeños mercados que nos encontramos en el camino, confieren un toque de color al paisaje. Aprovechamos para comprar pan antes de internarnos en el desierto.

Vamos de pozo en pozo, al igual que lo siguen haciendo los nómadas que nos cruzamos durante la ruta. A un ritmo lento, pero sin pausa, los navegantes de las arenas surcan los mares de dunas y piedras conduciendo sus animales a los esporádicos pastos que han aparecido después de las últimas lluvias.

Buscamos refugio a la sombra de una acacia para descansar un poco y comer algo antes de montar el campamento. Sin embargo, nuestro momento de descanso se trunca de un modo inesperado. La espina de una acacia ha pinchado una de las ruedas. Estos árboles son verdaderas trampas para los vehículos. Tenemos que circular con cuidado ya que, además, hemos descendido la presión de los neumáticos para circular mejor sobre la arena.

Las ramas de los árboles crean formas en ocasiones fantasmagóricas. Puede que se retuerzan por las duras condiciones de este bello,  pero en ocasiones infernal escenario.

Por fin acampamos antes de que anochezca. Hoy no monto tienda. Imposible con este calor. Abriré mi cama plegable bajo una mosquitera. Tenemos que darnos prisa para montar el campamento y, en mi caso, salvar y visionar el material fotográfico antes de que se ponga el sol. Miles de insectos voladores vendrán hacia nosotros atraídos por la luz. Y así terminó siendo. A mi plato de arroz no hacía falta añadirle ningún otro ingrediente. Era imposible comer sin degustar las proteínas voladoras. Eso, o cenar galletas. Prefiero las proteínas. Mañana promete ser una fantástica jornada y hay que cargar bien las pilas de nuestro cuerpo para soportar lo que nos encontraremos durante la ruta. Sobre todo, porque sin aire acondicionado estamos bebiendo unos 5 litros de agua diarios por persona.

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