Siempre  me sorprendió la falta de sonrisa del pueblo Surma. En anteriores blog ya hablé de ellos, de su cultura, de sus tradiciones. Ahora podría centrarme en lo que para mí ha sido un cambio en sólo dos meses, ya que durante el mes de agosto también estuve en la zona. La sonrisa parece haber desaparecido por un peligro de pérdida de identidad ante la amenaza que les acecha.

Las pistas que nos trajeron hasta Dimma estarán en poco tiempo cubiertas por el asfalto. A un ritmo lento, pero imparable, las maquinas desplazadas por los chinos hasta esta zona están preparando lo que será el punto final de una de las últimas herencias del modo de vida africano, de sus orígenes.

No es fácil intimar con los Surma. Reacios a mezclarse con extraños y a ser fotografiados, una seña de identidad de un pueblo orgulloso, altivo y guerrero. Probablemente sean los más violentos de esta zona de África. Cuerpos atléticos y vigorosos, miradas penetrantes e inquietantes. Nunca sabes cuál puede ser su reacción hasta tal punto que ahora es casi imposible moverse sin la protección policial o militar. En cierta manera me recuerdan, salvando las distancias, a los tuareg, sobre todo porque su historia tiene cosas en común.

Los tuareg terminaron siendo asaltadores de caravanas y en los últimos tiempos de aquellos extranjeros que se internaban en su territorio sobre los 4×4. Ahora algunos Surma parecen querer copiarles. En las últimas semanas han muerto varios policías y muchos guerreros en enfrentamientos tribales. Cortan las pistas  esperando una oportunidad de saquear a todo aquel que pillen en su camino. Y como muestra de la falta de respeto a quién les ha ayudado durante muchos años, asesinan a Jhon un misionero americano Protestante que ha vivido sólo para ayudar a la comunidad de Tulguit. Qué es lo que está pasando en África? Es culpa de Occidente?, es un problema global?

En los núcleos más poblados como Kibish, las tardes las pasan dentro de espacios o locales en los que venden lo que ellos llaman cerveza, un fuerte brebaje de maíz fermentado que beben por parejas y que les deja bastante afectados al final del día. Por eso, al final de la tarde es mejor estar separados de los grandes poblados.

Los que no salen de sus aldeas trabajan a diario para llevar adelante la vida de la familia. Los que no trabajan en el campo están con los rebaños y cada tarde los llevan de nuevo a los rediles. Es en esos momentos cuando suelen sacar sangre de alguno de los anmales para su alimentación.

Cuando regresamos hacia las tierras altas observamos a guerreros Surma pintándose el cuerpo para asistir a un torneo de Donga que se celebrará al día siguiente. El gobierno tiene completamente prohibido que cualquier persona que no pertenezca a los Surma asista a estos combates. Es tal la brutalidad de la lucha, que no quieren que imágenes de este tipo salgan hacia el extranjero dando una imagen negativa, según ellos, del país.

Ésta última foto que os dejamos la tomó un Surma con la cámara de Carlos. En nuestro post anterior aparece con la cámara haciéndonos esta foto. No podemos dejar de compartirla con vosotros!!.