Regresamos hacia Jimma. Estamos cansados después de las intensas jornadas vividas, aunque probablemente sea la fatiga sicológica la que más no ha afectado. El temor a ser las últimas víctimas de los bandidos ha sido lo peor y no el llegar a Mizan anoche y encontrar una ciudad sin luz ni agua desde hace varios días.
Llegamos a Jimma y de nuevo encontramos a otra ciudad desabastecida de agua. Ya no protestamos. Somos conscientes del lugar en el que estamos.
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Impresionante tener sangre fria para conseguir magnificas fotografias ante la adversidad. Muchas gracias x compartirlo.